Aprendiendo a Perdonar

Aprendiendo a Perdonar - Perdonar No Es Inherente
Aprender a perdonar implica que el perdón es un proceso que se aprende, no una respuesta automática. Nuestra naturaleza pecaminosa (la carne) tiene una alta resistencia a poner de lado las ofensas. Prefiere tomar una ofensa y usar la energía que la ofensa trae consigo de todas las formas negativas. Cada parte de nuestra mente no renovada, nuestra mente carnal, tiene una preferencia a ofenderse, una propensión a guardar rencor, y buscar su propia forma de justicia. Dentro de la mente carnal la represalia a menudo no es una opción, sino una fuerza impulsora, ¡tiene que desquitarse! Nuestra carne, no renovada, desenfrenada, carente de iluminación y entendimiento, prefiere ser juez, jurado, y verdugo del ofensor, aún si el ofensor es nuestro propio yo.

Aprendiendo a Perdonar - Basados en Cristo
Aprender a perdonar sólo puede alcanzarse completamente después de haber aceptado a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, de otra manera estamos actuando simplemente de acuerdo a nuestra carne. Podemos aprender a "perdonar y olvidar" a un nivel carnal, como una buena obra, pero el perdón verdadero viene del Espíritu de Cristo dentro de nosotros. Hasta que nuestra mente haya sido renovada, hasta que seamos iluminados por Su Santo Espíritu, permanecerá una resistencia, una enemistad entre nosotros y Dios que gobernará cada una de nuestras decisiones (Romanos 12.2, Tito 3:3-5).

Aprendiendo a Perdonar - Reconociendo Dentro al "Viejo Hombre"
El aprender a perdonar comienza al entender lo que Dios dice en la Biblia acerca del perdón. Parte de nuestro proceso de aprendizaje incluye llegar a reconocer que nuestra carne es realmente hostil a Dios, debe ser doblegada con autoridad, re-entrenada. Nuestro "viejo hombre" debe ser desechado y debemos vestirnos del "nuevo hombre" (Efesios 4:22,24; Colosenses 3:10-25). De acuerdo con las Escrituras nosotros somos los que debemos despojarnos de lo viejo, aprender de Dios y escoger Sus caminos. Afortunadamente, no se nos ha dejado solos para tomar decisiones por cuenta propia, porque Dios, nuestro Padre, ha enviado a Su Espíritu para ayudarnos. El Espíritu mora dentro de nosotros y nos enseña (Juan 14:26). Dios también nos ha dado Su Palabra Infalible, la Biblia, para enseñarnos cómo perdonar.

Aprendiendo a Perdonar - Una Historia Personal
Hubo un tiempo en mi vida que estuve extremadamente enojado con mi padre. En mi opinión, él había hecho algo que estaba más allá del perdón. Yo sabía lo que la Biblia decía. Me había enseñado todas las razones por las que tenía que perdonar, pero la realidad era que simplemente yo no creía que el perdón abarcaba todo. Mi enojo y juicio realmente estaban acabándome la vida. Un día le dije al Señor: "Yo no creo que Tú lo perdonaste. No lo creo. Tampoco lo puedes amar. ¡Él se pasó de la raya! Si Tú lo amas y lo perdonas, muéstramelo y yo consideraré el perdonarlo también." Inmediatamente, mis pensamientos se enfocaron en la cáscara de una nuez de pacana. Casi podía sentir lo duro de la cáscara, pero sabía que dentro de esa cáscara la fruta era suave, maleable, y deliciosa. Mientras continuaba considerando a la nuez de pacana en su cáscara, de pronto me impactó el hecho de que la dura cáscara era representativa de la cáscara que el pecado pone alrededor de nosotros, mientras que la fruta permanece intacta dentro de la cáscara. Es capaz de dar mucho fruto y de alimentar a otros cuando se le quita la cáscara.

Mi espíritu comprendió lo que el Señor me estaba mostrando. La cáscara representaba el corazón endurecido de mi padre y su estilo de vida alterado por el pecado. De pronto, entendí el perdón y la sanación desde la perspectiva de Dios. Entendí por primera vez que Dios amaba a mi padre por lo que él era, no por aquello en que se había convertido. Dios vio a través de la cáscara y Su amor se enfocó en la persona que Él había creado. Dios reconocía que las acciones de mi padre fueron impulsadas por el pecado. Lucas 23:34 resonó en mi mente: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen."

Me di cuenta que necesitaba separar las acciones de mi padre de las de su ser creado, y entendí que yo, como Jesús, podía perdonar al hombre sin excusar sus acciones. De pronto, ya no necesitaba considerar si yo podría perdonar a mi padre, ni siquiera se trataba de cuándo, fue una respuesta inmediata. Dios utilizó una nuez pacana para mi lección de "aprender a perdonar." Él completó Su proceso en mí y yo aprendí una lección duradera.

Pido para que la próxima vez que usted vea una nuez, Dios la utilice para solidificar su comprensión del perdón, así como lo hizo conmigo. Lo exhorto a que se examine a sí mismo. Pídale a Dios que le revele alguna cáscara que pueda haberse formado a su alrededor, y si siente que hay una, pídale que la rompa ¡y lo ayude a llegar a ser la persona que Él creó!

Entienda el Perdón de Dios



Y tú, ¿qué piensas?

Todos hemos pecado y merecemos el juicio de Dios. Dios, el Padre, envió a Su único Hijo para cumplir ese juicio por aquellos que creen en Él. Jesús, el creador y eterno Hijo de Dios, quien vivió una vida sin pecado, nos ama tanto que murió por nuestros pecados, tomando el castigo que merecíamos, fue sepultado, y se levantó de la muerte como lo dice la Biblia. Si de verdad crees y confías de corazón en esto, recibe a Jesús como tu Salvador, declarando: «Jesús es Señor», serás salvado del juicio y podrás pasar la eternidad con Dios en el cielo.

¿Cuál es tu respuesta?

Sí, hoy he decidido seguir a Jesús

Ya soy seguidor de Jesús

Sigo teniendo preguntas


¿por qué debería Dios dejarte entrar al cielo?






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