Una Vez Salvo, Salvo Para Siempre

Una Vez Salvo, Salvo Para Siempre - La Evidencia Bíblica
La Biblia enseña que "una vez salvo, salvo para siempre" -- que podemos ser salvos de una vez por todas sólo a través de la fe salvadora, de arrepentimiento, en Jesucristo. Una vez que una persona ha aceptado a Cristo como Salvador puede preguntarse si es posible perder esa salvación. ¿Qué pasa si pecan? ¿Qué pasa si pecan muchas veces? ¿Qué pasa si hacen algo muy, muy malo? ¿Es posible ser salvo, y luego perder esa salvación? Afortunadamente, la respuesta es un rotundo "no." Una vez que una persona ha aceptado a Jesucristo como Salvador, es salva para siempre. El hecho es referido como la doctrina de la "seguridad eterna," a menudo resumido como "una vez salvo, salvo para siempre."

Existen varias razones por qué una persona puede confiar en su "seguridad eterna." Primero y principal, está la evidencia de las Escrituras. Juan 3:15-18 dice acerca de Cristo: "Así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a Su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. El que en Él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios."

La salvación en Cristo no es temporal, es eterna.

En Juan 10:28-30, Jesús dice: "Y Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie les arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos." El perdón de Dios a través de Cristo es suficiente para cubrir todos nuestros pecados -- pasados, presentes, y futuros. No hay nada que una persona pueda hacer que Dios no pueda perdonar. Esta doctrina está apoyada por Romanos 8:38-39, Efesios 4:30, y Judas 24, entre otras.

Una Vez Salvo, Salvo Para Siempre - La Evidencia Lógica
Como con muchas otras doctrinas de las Escrituras, la idea de "una vez salvo, salvo para siempre" está apoyada también lógicamente. La seguridad eterna es consistente con todo lo demás que la Biblia enseña acerca de la humanidad, y Dios. Examinando la doctrina en relación al resto de las Escrituras, demuestra que es consistente con todas las otras sanas enseñanzas bíblicas. La idea de perder nuestra salvación no solamente no se encuentra en las Escrituras, sino que crea problemas monumentales con otras doctrinas, incluyendo la de la salvación por fe, la de la naturaleza pecaminosa del hombre, y la del propósito del sacrificio de Cristo.

La Biblia enseña que un hombre es intrínsecamente pecador -- que una naturaleza pecaminosa es parte de todos nosotros (Romanos 3:10). Esto significa que aún hasta después de ser salvo, todo creyente va a pecar de tiempo en tiempo. Pensar que podemos llevar una vida perfecta, sin pecado, después de nuestra salvación, no solamente no está en las Escrituras, sino que es arrogante (Santiago 2:10). Si no estamos seguros eternamente, el pecar nos hará perder nuestra salvación, pero ¿hasta cuándo se puede pecar? No existe una "vara de medir" en las Escrituras que nos diga cuántos o qué clase de pecados son suficientes para anular nuestra salvación. Sin seguridad eterna, la Biblia estaría describiendo una situación en la que el cristianismo es un perpetuo juego de ruleta rusa. Una vida en la que la condenación y la salvación se alternan cada vez que pecamos y nos confesamos, y nunca sabremos si somos salvos o no.

Los pasajes de las Escrituras (Efesios 2:8-9, Isaías 64:6) indican que nuestros esfuerzos en hacer buenas obras nunca nos harán ganar un lugar en el cielo. No podemos pagar por nuestros pecados pasados, presentes, y futuros haciendo buenas obras. Un creyente salvo hará buenas obras y rechazará el pecado como un producto natural de su fe (Santiago 2:18). Si "una vez salvo, salvo para siempre" no fuese cierto, entonces necesariamente seríamos salvos por nuestra fe y por nuestras obras. Si podemos hacer cosas pecaminosas, o no hacer cosas buenas (Santiago 4:17) y perder nuestra seguridad, entonces nuestras buenas obras serían parte de nuestra salvación. Este concepto es contradictorio con las Escrituras. También crea un escenario imposible de vivir, en el que tenemos que hacer suficiente bien para superar nuestra naturaleza pecaminosa. La doctrina de "seguridad eterna" va de la mano con la doctrina de "salvación sólo por fe." Negar la seguridad eterna es aprobar un sistema de salvación de "fe más obras."

Jesucristo hizo algunas afirmaciones poderosas acerca de la moralidad durante Su ministerio terrenal. En esos tres cortos años, Él practicó lo que enseñaba del sistema moral y ético más exigente en la historia humana. La mayoría de las religiones se enfocan en las acciones externas, pero Cristo llevó el concepto de pecado y santidad a un nivel mucho más profundo. Por ejemplo, la mayoría de las religiones están satisfechas con condenar el acto físico de adulterio, pero Cristo dijo “Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.” (Mateo 5:28).

Cristo estableció el estándar para la santidad a un nivel que todos los cristianos están llamados a aspirar, pero ninguno puede cumplir completamente jamás, debido a nuestra naturaleza pecaminosa. Así como la ley de Moisés estaba destinada, en parte, a demostrarle a Israel lo imposible que era para el hombre mortal obtener la perfección moral de Dios, los estándares de Cristo también nos recuerdan lo superficiales que son realmente nuestros mejores esfuerzos de bondad. Afortunadamente, Dios ha proporcionado siempre un camino para que seamos perdonados por nuestros errores. El sacrificio de Cristo en la cruz cumplió el mismo propósito para toda la humanidad que el que tenía el sacrificio de corderos para familias específicas antes de Su ministerio. Cristo fue un sustituto sin pecado, inocente, por nuestros pecados. La Biblia claramente nos dice lo que son las expectativas morales de Cristo para nosotros. Si perdiésemos nuestra salvación cada vez que no alcanzamos esos ideales, entonces ninguno de nosotros sería salvo por más de unos minutos. Si eso fuese verdad, ¿cuál fue el propósito de Su muerte?

También, de acuerdo con la Biblia, si pudiésemos perder nuestra salvación, entonces la perderíamos para siempre, porque Cristo sólo murió una vez. Hebreos 6:4-6 es un pasaje malinterpretado a menudo, el cual apoya firmemente, de dos maneras, la doctrina de la seguridad eterna: implica que el sacrificio de Cristo debe ser suficiente por todos los pecados, y establece que si fuera posible que una persona perdiera su salvación, la perdería para siempre. De acuerdo a este pasaje, si una persona pudiera hacer algo que le costara la salvación (lo cual es imposible), entonces sería "imposible" ser re-redimido.

Una Vez Salvo, Salvo Para Siempre - La Nueva Creación
Los críticos de la doctrina de "una vez salvo, salvo para siempre" alegan que les da licencia a los cristianos para pecar. Ellos suponen que aquellos que creen en la seguridad eterna pretenden aceptar la salvación, y luego continúan pecando voluntariamente. Esto no es verdad, porque cualquiera que verdaderamente ha sido salvo, es una criatura nueva (2da de Corintios 5:17), tiene la convicción del Espíritu Santo (Juan 14:26; 1ra de Tesalonicenses 4:8), y ahora quiere vivir para Cristo. Alguien que continúa viviendo en pecado voluntaria y descaradamente no ha aceptado verdaderamente a Cristo (1ra de Juan 2:19; 1ra de Juan 3:6; Santiago 1:26). Aunque esta creencia falsa puede ser sostenida por algunos, no es parte de las enseñanzas de ninguna iglesia cristiana verdadera (Romanos 3:8).

Una persona que se arrepiente del pecado voluntariamente, humildemente y se vuelve a la cruz, confiando en Cristo como su Salvador, será salva (Hechos 16:31; Juan 6:37; Juan 14:6). Esa salvación es de una vez por todas, es eterna, y segura. Aquellos que verdaderamente confían en Cristo son salvos una vez y para siempre.

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Y tú, ¿qué piensas?

Todos hemos pecado y merecemos el juicio de Dios. Dios, el Padre, envió a Su único Hijo para cumplir ese juicio por aquellos que creen en Él. Jesús, el creador y eterno Hijo de Dios, quien vivió una vida sin pecado, nos ama tanto que murió por nuestros pecados, tomando el castigo que merecíamos, fue sepultado, y se levantó de la muerte como lo dice la Biblia. Si de verdad crees y confías de corazón en esto, recibe a Jesús como tu Salvador, declarando: «Jesús es Señor», serás salvado del juicio y podrás pasar la eternidad con Dios en el cielo.

¿Cuál es tu respuesta?

Sí, hoy he decidido seguir a Jesús

Ya soy seguidor de Jesús

Sigo teniendo preguntas


¿por qué debería Dios dejarte entrar al cielo?






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