Hijo Pródigo

Hijo Pródigo - Una Realidad para Muchos Padres Cristianos
El Hijo Pródigo es una realidad para muchos de nosotros. En el recorrido por la vida pronto nos damos cuenta de que no existen garantías como padres cristianos. No importa cuánto nos esforcemos para enseñarles a nuestros hijos acerca de Dios y de Su Palabra, y no importa cuán a menudo oramos por nuestros hijos para que descubran a Jesucristo y a Su mensaje de salvación, ¡algunos deciden rechazarlo todo! Hasta en esas familias donde se ama a Dios, se confía en Él y se le glorifica, ¡los hijos a veces se rebelan y se apartan de sus raíces!

Hijo Pródigo - Una Historia del Antiguo Testamento
La historia del hijo pródigo ha existido por miles de años. En 2da de Reyes 18:5, leemos que Ezequías confió en el Señor más que ningún otro rey de Judá. Por esto, es lógico suponer que su hijo, Manasés, fue educado para amar y confiar en el Señor. Sin embargo, cuando Manasés llegó a ser rey, a la edad de 12 años, inmediatamente se puso en contra de Dios e "hizo lo malo ante los ojos de Jehová" (2da de Crónicas 33:2). Manasés fue realmente malo, cometió toda clase de idolatrías, hechicerías e inmoralidades, incluyendo el sacrificio de sus propios hijos a dioses paganos. Más tarde, después que Manasés y el pueblo de Judá hubieron sido llevados encadenados a Babilonia, finalmente se volvió al Dios verdadero que su padre le había enseñado. Dios escuchó el clamor de Manasés y lo trajo de nuevo a Jerusalén. Después de años de rebelión, Dios todavía fue afectuoso y misericordioso con Manasés cuando él finalmente reconoció que sólo Dios era el Señor.

Hijo Pródigo - Una Historia del Nuevo Testamento
La Parábola del Hijo Pródigo en el Evangelio de Lucas es conocida por la mayoría de nosotros. Es la historia de un hijo rebelde que rechaza la crianza de su padre. Lleno de orgullo y fuerte, el hijo se dirige a una tierra lejana, lleva una vida desenfrenada de aventura, y despilfarra todo lo de valor (literalmente y espiritualmente). No es hasta que es confrontado con el fracaso y la desesperación que regresa a casa, arrepentido y deseoso de hacer cualquier cosa para ganar de nuevo el favor de su padre. Para su sorpresa, y la sorpresa de otros, es bienvenido, sin preguntas, a los brazos amorosos y perdonadores de su padre. Ninguna cantidad de tiempo, ninguna cantidad de dinero, y ninguna rebelión podía interponerse entre la paciencia del padre y el amor incondicional por su hijo. "Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado" (Lucas 15:24). Por supuesto, el mensaje extraordinario de esta parábola es que Dios es paciente y lleno de gracia con todos Sus hijos. Está dispuesto a darle la bienvenida a casa a cada uno de nosotros, a Sus brazos amorosos y perdonadores.

Hijo Pródigo - Confíe en Dios y en Su Promesa
El camino a Dios es diferente para cada hijo pródigo. Sin embargo, como nos dicen las dos historias anteriores, nunca debemos darnos por vencidos - ¡no importa cuán alejados parezcan estar! Dios nos da esos ejemplos en las Escrituras para que nos demos cuenta que nuestros hijos pueden rebelarse contra Dios. Él también nos da instrucciones sobre cómo luchar espiritualmente por nuestros hijos pródigos: Esté en constante oración, siempre guíe con el ejemplo, y continúe con amor y gracia, sin importar lo desesperadas que se pongan las cosas. Recuerde la promesa de Dios para aquellos que crían a sus hijos en un hogar cristiano: "Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él" (Proverbios 22:6 RV).

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Y tú, ¿qué piensas?

Todos hemos pecado y merecemos el juicio de Dios. Dios, el Padre, envió a Su único Hijo para cumplir ese juicio por aquellos que creen en Él. Jesús, el creador y eterno Hijo de Dios, quien vivió una vida sin pecado, nos ama tanto que murió por nuestros pecados, tomando el castigo que merecíamos, fue sepultado, y se levantó de la muerte como lo dice la Biblia. Si de verdad crees y confías de corazón en esto, recibe a Jesús como tu Salvador, declarando: «Jesús es Señor», serás salvado del juicio y podrás pasar la eternidad con Dios en el cielo.

¿Cuál es tu respuesta?

Sí, hoy he decidido seguir a Jesús

Ya soy seguidor de Jesús

Sigo teniendo preguntas


¿por qué debería Dios dejarte entrar al cielo?






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